sábado, 18 de octubre de 2008

LA ESCRITURA, esa gran desconocida.


La escritura aparece como actividad humana en periodos que se pierden allá en la noche de los tiempos, en mi vida empezó muy pronto a tener una relación muy dolorosa a edad muy temprana, ¿dolorosa?, Si, contaría yo apenas un par de añitos cuando mi padre descubrió mi precoz afición a escribir…, escribir en las paredes, con toda la variedad de colores y matices que daba un estuche de rotuladores Carioca de 36 piezas, asi como precoz fue mi inclinación, también se inclino mi espalda con la pre-COZ y las demás coces que sobrevinieron con el objetivo de modificar este deleznable ahínco que me dio…,el cual fue medianamente conseguido pues yo seguí escribiendo, más puse especial cuidado en buscar otro tipo de superficie que me sirviera de pergamino, más que nada porque no escribieran sobre mi espalda con dos o tres cintazos cariñosos y corregidores de tan inconsistente actividad lo cual fue logrado pues mi padre a pesar de balancear amenazadoramente en sus manos el cinto y golpear con él sus rodillas, acompañando este gesto con un ¡HUMMMM! Terrible y aterrador sonido no tuvo nunca que pasar a la acción y yo entendí el mensaje y no deje de escribir nunca en nada que no fuera superficie tan conflictiva como las paredes.

Mi relación con la escritura ha tenido de siempre unos efectos, más allá de los normalmente descritos en cualquier vida mundana, en el colegio se me emperejiló escribir con una leve inclinación a la izquierda, cosa que no era del agrado de la maestra y se empeñó esta en corregir tan execrable costumbre por lo que no me dejaba en paz, y una y otra vez me ponía en ridículo y se mofaba de mi persistencia, eran otros tiempos y tantos los métodos de enseñanza, como las inclinaciones a la izquierda se veían de manera distinta, así es que yo tomé la costumbre de mirarla fijamente a los ojos y con una ferocidad tal, que creo que me cogió miedo y llamó a mi madre a la que explico la carga de odio y ensañamiento que había en la dulce mirada de un niño de siete años, mi madre discutió conmigo del asunto y me convenció como solo una madre puede hacer estas cosas, enseñándome la zapatilla de goma de fabricación levantina, pero tampoco hubo de ir más allá de la violencia subliminal y yo que siempre he sido muy comprensivo dejé de mirar con insistente odio a la maestra , pero lo más que consiguió fue que escribiera derechito, haciéndome pertenecer a un centro ambiguo en todos los sentidos de la vida, excepto en el sexual y en el de mi amor por los corderos.

Años más tarde la Escritura pasó a formar parte de una de las obsesiones más perseverantes en mi ánimo, pues comprendí que hasta el día en que no tuviera “La Escritura” de mi primer piso, aquel no podría ser considerado de mi propiedad y aquello producía angustia y desasosiego en este alma atormentada por “la escritura” luego paso a un segundo plano y hoy en día lo único que me preocupa de este tipo de Escrituras es donde pongo físicamente las numerosas escrituras de mis incontables propiedades repartidas por dieciséis países. Si, después de soñar suelo levantarme y tomar mi desayuno de cola cao con galletas y todo vuelve a la normalidad. Menos mi cabeza que sigue pensando lo bonito que sería tener ya “la escritura” y dejar de preocuparse del Euribor y de la madre que lo pa…

En fin, los demás aspectos de “la escritura” se pueden encontrar en enciclopedias e internet y hablan de cosas como los Jeroglíficos (Que ya se podían poner a explicar lo de la escritura y dejar los pasatiempos para otra ocasión…), hablan del antiguo egipcto, fenicios, griegos y demás bandas urbanas que empezaron a escribir y han hecho llegar esta afición a nuestros días pues siguen escribiendo en las paredes, aunque ahora se llama de otra forma, Grafitis me parece, todo un mundo de avances y evolución.

Otro dia hablamos de la crisis...

1 comentario:

  1. Amigo Perolo, un grandisimo saludo de Justo del foro de Burguillos, te hecho de menos aunque por problemas tecnicos y no tecnicos ahora no entro en el foro aunque leo lo que se escribe, y a Ti y a Pedro, os hecho de menos.
    Un saludo y que Dios te permita comer cordero muchos años Amigo.

    ResponderEliminar