domingo, 14 de septiembre de 2008

Sesion de fotos 2

(Yo detras de los pastos)

(Reflejado en el agua)

Yo con miedo (es que tengo miedo a la oscuridad)

Sesion de fotos

(Mano izquierda)


(Mano derecha)


(Mano izquierda)

(Mano derecha)
(Vale te has dado cuenta eres muy listo)

martes, 2 de septiembre de 2008

GALLOS GRITONES.


El estruendoso canto de un gallo hizo que mi ojo derecho se abriera levemente, levemente lo volví a cerrar, pero el gallo chino que alguien, lógicamente, allá en la lejana China, había metido en el despertador no dejaba de dar los buenos días a todas las gallinas del contorno, así es que no tuve más remedio que hacerlo…, me llené de arrojo y valor y abrí los dos ojos, a la vez…, busqué a oscuras, aun sin abandonar el abrigo que la sábana me daba en el mes de Agosto y tentando con sigilo encontré el maldito gallinero donde el jodido gallo no dejaba de… ¿maullar?; de joer, porque es lo que hacen los gallos, al menos este.
Con sigilo, pero poco…, poco sigilo, pues tentando, tentando tiré al suelo el reloj de pulsera y el reloj de la prórroga que es el que suena cuando el gallo no consigue despertarme, con sigilo también cayó al suelo el segundo tomo de la enciclopedia británica que en esos momentos tenía en la mesilla de diseño, no como lectura nocturna si no como encimera para sujetar todas las cosas pues el diseñador que diseñó la mesilla de diseño, tuvo una noche loca y no pensó que además de bonita la “joia” mesilla debería tener una función que aquella no cumplía. Abiertos ya los ojos como platos, intenté incorporarme como hacia Michael Jackson, cuando hacía de robot,…pero no lo conseguí…, no conseguí intentarlo, hasta que una patada en las espinillas, con el calcañal, pues es lo más duro que hay en el cuerpo humano (sin fantasmadas) que ella puede ser lo que sea pero tonta no es… y me dio la patada con el calcañal y no con la puntera, que si, que se lo que digo…

Esta caricia romántica hizo que recuperara mi forma mortal y pude incorporarme como si tuviera un resorte, encerré al gallinero, y reconstruí la mesilla de diseño volviendo a quedar operativa más un poco inestable. Puse los dos pies en el suelo, y me asaltaron varios pensamientos, a cual más profundo y trascendental:
--¿Que necesidad tienen las personas humanas de levantarse tan temprano?— --¿No le daría a la empresa lo mismo, que uno de sus colaboradores empezara la jornada un par de horas más tarde?— (cobrando igual, que si no, no tiene gracia).

--¿Qué me como para desayunar?—

--¿Dónde aparqué el coche ayer?—

Bueno todas estas preguntas quedaron sin respuesta y agaché mi tronco que de madera no es pero que buena madera ha de ser pues la futbolista de los calcañales dice que estoy hecho un buen tarugo, agácheme y cogí el pantalón del chándal que dejo cuidadosamente arrugado a los pies de mi cama e introduje las dos piernas, una después de la otra que yo malabarista no soy y menos a esas horas…y me di otro minutito de prórroga, allí estaba yo con los pantalones por la rodilla y emitiendo un ruidito característico cuando a uno le crujen los riñones, más antes de que terminara dicha prórroga noté como un golpecito en la espalda acompañado de una voz melodiosa, ¡no, no, no y mil veces no!, no puedo mentirles (si puedo pero no voy a hacerlo), en realidad note un zurrio en las costillas que a punto estuvo de tirarme de la cama y luego una voz desde el mismo infierno que me decía:
--¡Eh tu insignificante, a ver si estas sonámbulo y te lo vas ha hacer ahí mismo, anda vete al servicio y no hagas ruido que las personas normales tenemos que dormir…!—Y poquito a poco fue quedándose en silencio la estancia de nuevo y yo allí con un cariñoso golpe en las costillas y los pantalones por las rodillas con la sensación de que nadie en el mundo me entiende...
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ni siquiera el maldito gallo chino, que como riendose de mí, de repente y sin aviso, dandome un susto de muerte, empezó de nuevo a cacarear como si hubiera visto un paraiso de cientos de gallinas ponedoras de moral "distraida".