martes, 12 de mayo de 2009

DOMINGO "Arrojao"




Domingo “Arrojao” tenia una ligera cojera en el pie izquierdo…, nada del otro mundo, pero cuando apoyaba el pie hacía un leve ademán de falseo casi inapreciable, Domingo “Arrojao” había sido camionero, conducía un camión blanco enorme con un volante enorme y unas ruedas….enormes, todo en él era enorme; en el camión también…

El porqué de aquella leve cojera, era motivo de enfado para Domingo; y cualquiera que le conociera sabría de lo conveniente de no hacer preguntas sobre “aquello”, pero yo les voy a contar la razón de tan leve “decaimiento”,

Domingo “Arrojao” tenia entre sus manos…, que no cogido por ellas…, un bonito Pegaso Comet, al que llevaba arropado con unas especies de cortinillas que tenia justo en el radiador, pues se conoce que le hicieron la ventana demasiado enorme(también ) y se constipaba (El camión). Aquel camión le gustaba mucho a Domingo, era tanto lo que le gustaba que se puede decir que vivía en él, porque le gustaba y porque había que pagar casi tantas letras como las que tienen las fuentes de Microsoft Word. Por eso vivía en él, hasta dormía en su grandullón blanquito. Paseaba desde su Extremadura natal, por esos mundos llevando unas veces tomates, otras sandias y cualquier cosa que se pudiera comer…, no le hacia ascos a nada…, comiendo tampoco.

Aquel día de infausto recuerdo para nuestro amigo Domingo, "Arrojao", le vencía el sueño y empezó a notar una descoordinación entre sus deseos de mantener los ojos abiertos y el empecinamiento en cerrarlos por lo cual decidió aparcar el blanquito camión en un arcén de la carretera y seguir cumpliendo con su fea costumbre de dormir, un poco. Domingo "Arrojao", no necesitaba nada especial para dormirse, no le hacia falta dar unas vueltas al camión,…pero las daba, no le hacia falta mear, …pero lo hacia, y lo último que necesitaba era pensar en cuestiones problemáticas, momentos antes de dormir,…pero lo hizo, empezó a pensar en lo triste que sería si su bonito camión blanco decidiese bajar por la pronunciada cuesta en la que había decidido reparar el sueño que le vencía, marcha atrás, a pesar de haberse asegurado varias veces de que el freno estaba sólidamente echado no pudo evitar pensar en este “soniquete”, por eso pasó lo que tenia que pasar.

Amanecía un día claro, anodino quizás, pero un día bonito, al menos en sus comienzos…lejos estaba Domingo de sospechar que acabaría por un tiempo lejos de su Pegaso Comet, notó unos golpes que le despertaron de su minúsculo catre y al abrir los ojos vio como las nubes se desplazaban a una velocidad endemoniada, y hasta juraba tiempo después que le pareció ver alguna que otra rama de los árboles pasar a toda velocidad ante sus ojos, cosa harto improbable pues de momento los árboles no andan.., y mucho menos corren, a no ser que vayan hechos tablones encima de otro camión, incluso manifestaba con la vehemencia que le caracteriza que notó como rodaba el camión, e incluso los baches de la calzada… Pero nada de esto era cierto…salvo que las nubes corrían , pero hacia adelante por efecto del viento y que él, al abrir los ojos pensó que el camión se le iba cuesta abajo a toda velocidad…por eso no tuvo mejor ocurrencia que ponerse a salvo y se arrojó por la ventanilla de la puerta que debido al calor reinante mantenía abierta, pues por entonces el temor a los ladrones no alcanzaba los extremos que conocemos ahora; y podía dejarla de par en par cubierta apenas por un trapo… de manera que sacó los pies por delante como cualquier participante en el mejor de los duelos del oeste americano, agarrándose al asidero que tienen los camiones encima de la puerta, como si fuera un tripulante de un submarino en alerta nuclear…, dio tal impulso que acabó dos tres metros alejado del camión…

El Guardia Civil causante de los leves golpecitos no salía de su asombro, pues dar los golpecitos y ver a un tío tan grande salir por la ventanilla fue solo uno,…el caso es que echó mano de su arma y encañonando a Domingo, se preguntaba a voz en grito, ---¿Qué pasa, que pasa? —Mientras Domingo después de “aterrizar” en las varias acepciones de la palabra; aterrizar por tomar tierra, (Tanta tierra tomó que quedó harto), tomó tierra con su enorme cuerpo “terrenal” (nunca mejor dicho), y aterrizó también de su involuntario engaño pues lo que el creía se le presentó como una ilusión óptica que nada tenia de ilusionante.

Allí estaba Domingo "Arrojao" cuan largo era con la pierna dolorida (y con razón) y el cañón de un arma apuntándole bien de cerca…y lo único que pudo articular entre gemidos fue: --¡Ay, ay que hostia que me he dao!--- El guardia comprendiendo que Domingo "Arrojao", pese a su tamaño no era peligroso salvo si uno se pone en su trayectoria cuando tiene un mal sueño…Guardó su arma y ayudándole a incorporarse le preguntó: ---¡Pero bueno es que baja usted siempre así del camión, alma de cantaro!----No, nunca bajo así, pero fíjese usted que he escuchao como unos golpeteos en el camión y he pensao que se me iba cuesta abajo…—Dijo Domingo “Arrojao” con un leve tono de sospecha…
--Se lo habrá usted soñado, --dijo el Benemérito miembro mientras abrochaba la funda del arma y escondía de la vista de Domingo, el palo…