viernes, 13 de noviembre de 2009

CAMELLOS, CANARIOS, CRETINOS..., ANIMALES TODOS.






Me habrán visto decir “alguna vez”, que hay una característica de mi persona que condiciona mi vida…si no es así, paso a decirles que mi relación con los animales no es normal, no, no se trata de zoofilia…más bien al contrario, es el “repeluco” , el repeluco es lo que experimento cuando tengo un animal cerca, ya sea gato, perro, o toro, este ultimo por regla general a todo el mundo causa repeluco excepto a los toreros…y a las vacas…y ahora viene la gracia de siempre…excepto el cordero…, el cordero no me causa repeluco alguno, siempre que lo acompañen unas patatas…

Bueno, hecha esta pequeña introducción paso a relatarles los acontecimientos que ocurrieron aquel lejano sábado en que los Juegos Olímpicos de Munich 72 estaban en su apogeo…Mi hermano pese a ser mi hermano no gozaba de la exacerbada característica que al principio mencioné…al menos en grado tan extremo como el mío… y gustaba de jugar con la lechuguita o el trozo de manzana con que mi padre obsequiaba a su lindo canario enjaulado (ajustado a su literalidad), yo era incapaz de poner los dedos cerca porque el muy bandido se acercaba y hacia ademán de picar, más o menos como descubrí tiempo más tarde que hacían algunas mujeres, al menos las escasas a las que les fue dada la dudosa felicidad de conocerme…

Estábamos gozosos retozando en el fastuoso sofá de eskay marrón, después de levantarnos de la cama, no sin cierto esfuerzo…por cierto. Cuando al bandido se le ocurrió la feliz idea. Él que tenia más miedo a los animales que yo a las siete viejas del dicho.

--¿Tú crees que si le ponemos un trozo de manzana al lado de los camellos…”Bienvenido” iría a por él?--- Me dijo mientras se levantaba del sofá pegajoso y se dirigía a la jaula. “Bienvenido” tenía este nombre porque un día, quizás añorando el trato humano se posó en la barandilla hasta que mi padre le echó el guante, de ahí el nombre…


De Gozopowers en flickr

“Los camellos” es un cuadro que el novio de mi hermana trajo de su prolongada estancia vacacional en el Sahara, cuando fue a aquellas fértiles tierras para servir a la patria y según mi padre para dejar descansar las hormonas de mi hermana que por aquel entonces se comportaban con el rigor propio de sus años…”Los camellos” como podrán figurarse representaban una escena en la se veían algunos mercaderes árabes a joroba de sus dromedarios porque por aquel entonces todo lo que fueran burros raros…para nosotros eran camellos, sin dudas sobre si parecían dromedarios, jirafas o cualquier otro animal….”Los camellos” fueron un tema de discusión en casa, pues lo que costó enmarcar aquel tapiz suavecito y enorme, fue medio mes de la paga de mi padre que no veía la conveniencia de poner sobre su cabeza un recordatorio de que se acercaba el día en que un tipo barbilampiño con aires de aventurero se llevaría para siempre a mi hermana, lo cual excepto a él, a los demás miembros de la familia no nos desagradaba del todo…pues estaba en una época extraña de la post-adolescencia en la que le dio por no comer judías, ni garbanzos, ni lentejas, ni cualquier legumbre que se pareciera o pareciese…preparando unas trifulcas en la mesa, que nos quitaban a los demás la escasa afición a estos típicos platos de la cocina española. La razón de este extraño comportamiento creo que se debía a las consecuencias funestas que las legumbres traen a una relación romántica y etérea como era la que imagino deseaba para ella y para el excelente muchacho que tiempo después pasó a ser mi cuñado.


Pero volvamos a la escena…mi hermano, a menudo preguntaba…,(sobre todo a mí) pero por preguntar…no porque tuviera deseos de saber la opinión de los demás… por eso hizo exactamente lo contrario de lo que yo le dije, apuntando a mi favor el buen criterio que sobre asuntos de animales y mujeres he tenido siempre…no estando en ningún momento ambas cosas al mismo nivel, ¡Válgame el cielo…!.Salvo la distinción que hace mi cabeza sobre la conveniencia de mantenerse a prudente distancia de ambos.

--¡Ni se te ocurra, cretino!—Dije. Yo siempre me apoyo en estas formas cariñosas del lenguaje para hacer más cercano y duradero el vinculo entre hermanos…Pero no hubo tiempo …”Bienvenido” salió de la jaula dorada de su cautiverio (bueno dorada, dorada, no, aunque mi padre limpiaba muy a menudo la celda de castigo del pobre ”Bienvenido”, la jaula; dorada…dorada, no era).


De Procsilas en flickr

“Bienvenido”…, según estrenó libertad, se fue derechito a la lámpara del salón, rechazando el trozo de manzana que yo, como si fuera la azafata impertérrita del lanzador de cuchillos sostenía al lado del tapiz de los camellos, deseando que ni por asomo hiciera el pobre lo que con tanta seguridad pensaba mi hermano que haría…, y no lo hizo se quedó allí en la lámpara, inalterable al trozo de manzana…, Bienvenido…, no la lámpara.


--¿Y ahora que hacemos?—Se atrevió a preguntar el cretino…
--Vete a por una hoja de lechuga, a lo mejor le gusta más…--No era una teoría, era un deseo. Pero tampoco surtió efecto…
--¿Y si le dejamos abierta la jaula, a lo mejor vuelve el solo?—Pero el mamón no volvía, creo que había aprendido la lección…, y su deseo de compañía humana había sido superado con creces…

En esas estábamos. Yo tirándole servilletas a Bienvenido y el cretino con la jaula cogida con las dos manos sobre su cabeza, con la puertecita abierta…, cuando entró mi padre.., tardó un minuto en hacerse una composición de lugar…háganse cargo…un cretino con la jaula en todo lo alto temblando por si “Bienvenido” decidía volver y el otro cretino (yo) tirándole cosas al canario para que se fuera al hogar de donde nunca debió salir.

--Se ha “salió” solo…, papa, lo juro…--Mientras ponía despacito la jaula en el suelo como si fuera un tipo al que le han pillado con una bomba de 30 Megatones y está en el punto de mira de una brigada entera de francotiradores.

Mi padre me miró a mí, que blandía de nuevo el pañuelo para lanzarlo por enésima vez y luego al cretino (mi hermano…, no a mí…) puso cara de no saber que era lo que había hecho mal cuando tuvo el momentáneo instante de placer que produjo la venida al mundo de dos idiotas como aquellos y raudo y veloz se dirigió a “Bienvenido”, al que dio por terminada su desgana por consumir manzana fuera de un ámbito seguro y después de colgar la jaula en el sitio de siempre se quedó mirando a los dos que sentados en el sofá de eskay marrón parecía que no habíamos hecho nada. Luego encendió la tele, abrió un botellín, y lentamente comenzó a mover la cabeza de un lado a otro…nosotros tampoco lo entendíamos…


2 comentarios:

  1. Con apagar la luz o cerrar las ventanas hubierais podido coger a Bienvenido

    ¡Estos de ciudad...!.

    Un saludo.

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  2. Querido amigo, pásate por mi blog a recoger un regalito para estas Navidades.
    Feliz día.
    Tu amiga CERROJA.

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