viernes, 21 de noviembre de 2008

ESPINOSA

Espinosa era un tipo moreno, un gran bigote atravesaba su cara redonda y amplia, de aspecto sano y cuerpo recio. Hablé con él en muy pocas ocasiones, en veinte años quizás serian cinco. Persona experimentada nunca se negó a ayudarme aun en las cosas más triviales y básicas, siempre mostró ante mí un inusitado afecto que iba acompañado con una crítica feroz al orden superior, como si tuviera la imperiosa necesidad de tener un enemigo común para acercarse a alguien.
Espinosa se dirigió a mí un lunes, le ví venir y me causó extrañeza la decisión con la que se aproximaba, esperé intrigado qué sería lo que me iba a decir, y llegado donde yo estaba alargó su mano y en un movimiento instintivo se las estreché.
- ¿Cómo andas Damián…, hoy es mi ultimo día, mañana ya me jubilo…? –
- ¡Vaya, eso está muy bien, compañero, aquí no hay quien se entere como somos tantos…!-
- Bueno lo pusieron en el tablón hace unos meses, pero como andas ensimismado en sabe Dios qué…
- Es cierto- dije a modo de disculpa, sabiendo que en realidad ninguna era buena- sabes que en cuanto entro, procuro ir a lo mío…
- Cada día te pareces más a tu padre, ¡jodío! - Le agradecí con la mirada el recuerdo, y me obligué a ser amable, aquel tipo merecía ser conocido mejor.
- ¡Bueno en la Cafetería he dejado unos churros para que por lo menos hoy os acordéis de uno…!- Dijo con un leve tono de estudiado rencor.
- ¡Muchas gracias, Espinosa, pero ya sabes que estoy a dieta y…!
- ¡Anda, anda que a mí no me engañas… tira y coge un par de ellos…!
- ¿Y ahora que vas a hacer con tanto tiempo…?- Intenté cambiar de tema para no pensar en los churros.
- ¡Ahora vamos a viajar, unos meses en el pueblo y el resto con el nieto, que está hecho un bandido…ya me apuntaré a cursos para aprender cosas inservibles y me iré a mirar las pocas obras que van a quedar, bueno Damián, ¡suerte! Que con la crisis...veremos a ver, yo ya me libro…¿Pero estos que mandan…?
- ¡Suerte, Espinosa, disfruta y tómatelo con calma que ahora vas a tener tiempo para todo…-Asintiendo con un ligero movimiento de cabeza me dió un golpecito en el brazo se alejó a seguir con las despedidas...
Hoy, miércoles, vinieron a decírmelo…, dos días pasaron…, un estremecimiento recorrió mi cuerpo, dejando paso a continuación al asombro más grande que hasta ahora experimenté… Espinosa había tenido un infarto… fulminante, podíamos visitar a su familia en el Tanatorio, dedicarle a él un poco más de tiempo que el que le dedicamos en vida…sentí no haber aceptado su invitación...¡Maldita sea!.., pensé en su mujer, en sus hijos y en su nieto…¡El bandido!, pensé en todas las cosas que se dejó sin aprender, en su pueblo, en los paseos que no daría… los viajes que no compartiría… y sentí una inmensa pena…más que por él, por mí…

…tan real como la vida misma…, e igualmente injusta.

4 comentarios:

  1. Hay un dicho que podría venir bien para este relato y es que hasta que no nos falan las cosa, en este caso las personas, no las echamos en falta.

    Es una pena que no seamos capaz de acercarnos más y relacionarnos mejor con todo aquel que de alguna manera compartimos algo ,el trabajo en este caso.

    A veces puede ser el caracter de las personas el que nos aleja del prójimo pero otras veces somos nosotros que guiados por rumores, posiblemente sin fundamento, seleccionamos sin conocer verdaderamente el interior.

    Catalogamos a las personas por el exterior.Yo siempre digo que somos como las cebollas , tenemos muchas capas que si somos capaces de ir quitando una por una llegaremos al corazón y veremos realmente como es la persona.

    Un saludo.CERROJA.

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  2. Estremecedor como dices, es, el relato. Es una verdadera pena, el mal uso que damos en demasiadas ocasiones, a nuestro comportamiento. Yo, me pregunto a veces. ¿De que materia, estamos hechos los humanoides? La respuesta, no es, fácil. Somos, engreídos, posesivos; y no siempre, buenas personas. Muchas de las veces, nos ciega nuestro ego, y no nos damos cuenta, de nuestros errores; como en este caso. Que se tuvo un amigo tan cerca y no se supo nunca que se tenia, hasta que se perdió.

    Me ha encantado tu página, y espero que vayas vertiendo en la misma. (TODAS ESAS COSAS TUYAS)

    Un saludo

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  3. Estremecedor como dices, es, el relato. Es una verdadera pena, el mal uso que damos en demasiadas ocasiones, a nuestro comportamiento. Yo, me pregunto a veces. ¿De que materia, estamos hechos los humanoides? La respuesta, no es, fácil. Somos, engreídos, posesivos; y no siempre, buenas personas. Muchas de las veces, nos ciega nuestro ego, y no nos damos cuenta, de nuestros errores; como en este caso. Que se tuvo un amigo tan cerca y no se supo nunca que se tenia, hasta que se perdió.

    Me ha encantado tu página, y espero que vayas vertiendo en la misma. (TODAS ESAS COSAS TUYAS)

    Un saludo

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  4. El sentido que yo queria dar al relato, Cerroja, era sobre lo repentino de las cosas, sobre todo, de las cosas malas, que ironia estar hablando con alguien del mucho tiempo que vá a tener a partir de ahora y sin embargo no disponia más que de dos dias, eso es lo que me impactó de esa situación, no conocer a fondo a todo el mundo con el que se tiene contacto no es un fallo, es una necesidad, debemos elegir a las personas con las que tenemos un contacto más cercano, si intentaramos conocer a fondo a todos, acabariamos por hacernos daño, pero es cierto que ampliar un poco el circulo o hacer un esfuerzo seria enriquecedor.

    Hola Candela-ispa, desconocia que conocieras de este sitio, bienvenida y muchas gracias, creo que eres mujer, joven y esto no lo creo, tengo la certeza de que eres persona sensible veo que te interesan muchos los textos que le hacen a uno pensar y sentir, eso dice mucho de tí, sentir es estar vivo, y eso es cosa grande...muy grande.

    Gracias por vuestras visitas y comentarios.
    Que tengais un buen dia. PEROLO

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