viernes, 27 de junio de 2008

Y SIN EMBARGO...TE QUIERO

- ¡Hola, cariño!, coge mi coche y te vas con mi padre que se ha caído una piedra muy grande de la cerca y me pidió que te dijera si puedes ayudarle a ponerla en su sitio…

-¿ Que pasa que no puede solito con una piedrecita?.

-No, cariño, es que le hace falta un cabestro.

-¿Un cabestro?, ¿no será un cabestrante?.

-Nooo, cariiiiiño. Le hace falta un cabestro, que cabestrante ya tiene, así es que te vas por la carretera y ponéis la “piedrecita” en su sitio que tu has quedado ya solo para eso para “brutalidades”.

-¿A quien saldrás tan positiva?. ¡Ah vaya! lo de cabestro lo dices por mí. Porque si es así también podrías venir tú…

-No, eso es para los machotes, que piensan tan rápido como tú, id por la carretera que por el camino el coche se pondrá sucísimo.

-¿Hola suegro, vamos a poner la piedrecita en su sitio?- le pregunto, como si no lo supiera, viéndole con un cinturón para los riñones y unos guantes de piel para trabajar y pienso: ¡Que exagerado, pero inmediatamente cavilo y llego a la conclusión que la piedrecita ha de ser una señora piedra pues si no, no estaría este buen hombre tan preparado.

Subimos al coche y le digo que en vez de ir por la carretera iremos por el camino pues con la cerveza que accidentalmente se calló en mi vaso seguro que me quitarían más puntos que a Stallone después de un retoque de los suyos. Hace constar en acta que por el camino el coche se va a poner perdido y de paso resuelvo la duda de ¿A quién se parece la que duerme a mi lado?

Efectivamente, estaba en lo cierto, la cerveza que tomé era excesiva, la piedrecita era una señora piedra, y la que duerme a mi lado se parece al que está ahora a mi lado; empujando un mamotreto, que digo yo si no podría venir mi cuñado que al fin y al cabo la finca será para él. Ya está la piedra en su sitio, espero que se quede ahí por otros doscientos años. Se me olvidaba. . . también estaba en lo cierto con el coche, ¡vaya como se ha puesto!, el coche y ella. . . ella cuando ha visto el coche.

-¡No será que no te lo he dicho, cabestro que eres un cabestro, mira como se ha puesto, claro como no es el tuyo…!

-¡Vaya tela, hubiera sido mejor ir por la carretera y perder los puntos, en vez de ir por el camino y que me pille la guardia civil(o sea ella)!

- Ahora mismo me lavas el coche que yo no lo llevo así a ningún sitio.

-Que remilgada te has vuelto, podrías decir que lo tienes de camuflaje para que no se vea en medio del ecosistema.

-No es necesario. . . ahora mismo me lo lavas.

-Os parecéis un montón.

-¿Mi padre y yo?. . . ¿En qué?

En que los dos queréis hacerme trabajar como un cabestro, . . ¡.ale! ya lo tienes limpito, quédate tranquila.

-Pues no sé, porque el motor seguro que también lo has dejado sucio…

-Pero eso se arregla fácilmente, en la parte de atrás del coche hay un tubo, ¿Lo sabes?

-¡Claro! El tubo de escape.

-Pues mientras yo me voy con tu papá a tomar una cerveza, te agachas y soplas, veras que limpito te queda el motor.

1 comentario:

  1. Ay amigo, ese es el precio que tienen que pagar aquellos que orgullosamente se dicen a sí mismo: ¿Ves ese cuerpo Manolo?
    ¡Pues ese cuerpo es mío!
    ¿Y ves ese.....? ¡Pues también es mío!
    ¿Y ves esas.....? ¡también son mías!

    Pero luego, ¡que si quieres arroz Catalina! ¡na de na!, ni tuyo ni leches, todo aquello lo tienes al lado pero como si no estuviera, porque:
    ¡Oye cariño! ¡tengo una jaqueca de mil demonios!
    Y si algún día por aquella cosa de la conjunción de todos los astros de todas las galaxias, es tuyo de verdad, (ese cuerpo), lo más probable sea que suene aquella melodía romántica que dice:
    ¡Laráa-lará-larita…."Cariño a este techo le hace falta una mano de pintura, mañana la compro y este fin de semana lo dejamos como una patena, y de paso le damos una mano a las paredes que mira cómo están. Y tú miras a las paredes, no sabes para qué, pero las miras y aún estando la luz apagá respondes:
    ¡Es verdad tesoro! (¡cualquiera dice lo contrario!), pero, ¿y si lo dejamos pal mes que viene? añades no demasiado optimista.
    ¡Pues tú verás cariño! si quieres que lo dejemos, lo dejamos y este mes no hacemos nada, pero, ¡¡nada de nada eh! ¿comprendes?
    ¡Y ya lo creo que comprendes!

    Y nada, ese fin de semana pintas la habitación, limpias el coche, haces la colada, planchas, le compras unos zapatos a juego con el bolso..... mientras vas pensando: ¡Mardita sea mi suerte! ¿Y “eso” era mío? ¡Un jamón con chorreras! ¡No tengo ná mío! Bueno, a decir verdad sí tengo, es decir, tengo.... que recordar que pasado mañana es su cumpleaños y que anda detrás de un reloj de Dolcee Gabanna que me va a costar una fortuna....
    Eso sí, lo compras confiando que aquella noche además de dar la hora el reloj, le proporcione también una buena dosis de medicina para la jaqueca, con el peligro de que tus oídos (antes de…). escuchen aquello de:
    ¡Cariño mi madre tiene ganas de par con nosotros, unos meses!

    ¿Qién me mandaría a mí.....?
    ¿Quién sería?

    Saludicos amigo

    Pedro

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