lunes, 16 de junio de 2008

SPA, ¡pá qué!, pa ná.

Con este nombre acudí un día a un recinto llamado de esta curiosa manera, “Spa”. . . Spa, es pá. . .¿Pá qué?, pá ná.

Un Spa es un sitio que tiene diferentes formas de tratar al cuerpo humano, generalmente como si fuera un microondas enorme que no se decide a terminar de descongelarte, ahora sí, ahora no, en el que yo tuve la desdicha de acudir había una sauna, que como todo el mundo sabe, tanto calor no puede ser bueno, al menos si eres extremeño sabes del esfuerzo gratuito que supone pasar esas calorinas sin “nesecidad”, se sienta uno con la precaución de hacerlo sin gafas ni joyas pues estas tienden a calentarse más que Madonna viendo a Banderas y descubres con urgencia la conveniencia de quitártelas cuando ya es demasiado tarde y la joia cadena quema como el reloj del motero fantasma, en día de baños de sol. Hasta el día en que entré en una sauna yo no me había planteado la duda existencial que me asaltó ese día, ¿Puede un banco de madera quemarte el culo sin estar ardiendo?, la respuesta es Si, vamos el culo, la espalda y hasta el cogote si no tomas la precaución de poner una” toballa” entre el banco y tu delicada piel.

Hay un jacuzzi, que es una bañera enorme con unas burbujitas, no sé muy bien el origen de las burbujitas pues hasta entonces las susodichas salían de cierto sitio al que mi natural decoro me impide mencionar, que salen de vete tú a saber donde pero que no puede haber gente que suelte esa cantidad de gas, sin haberse comido un palet de judías el Litoral, lo cual es harto improbable pues harto ha de quedar alguien con una lata o lata y media(como mucho dos latas de kilo y medio). Las miradas de los que acuden al orinal enorme, van desde las huidizas, interesadas repentinamente en el misterioso funcionamiento de los fluorescentes a las escrutadoras, fijas en los demás intentando descubrir cual de los allí presentes no ha podido resistir la invitación persistente del murmullo del agua diciendo que contribuyas a la elevación del nivel y de la temperatura de aquella masa liquida.

Una vez los garbanzos en remojo salen del orinal, se nos pide que caminemos por un pasillito de piedras, esto no seria problema, pero me dicen que he de hacerlo descalzo y ahí es donde recuerdo lo duras que son las piedras, desde el lejano día en que una pitera en la cocorota dejo una huella indeleble sobre lo inconveniente de quitarle chucherías a un hermano mayor y mas fuerte, es curioso ver como intenta uno pisar sin pisar, de manera que pareces empeñado e levitar sin conseguirlo, pero algo bueno tiene, pues te hace pensar que si estuvieras más delgado sería más fácil caminar por aquel calvario y te reafirmas en la necesidad de esforzarte en perder peso, harto ya de las dietas “milagro” llevadas a rajatabla durante la semana, y mandadas al carajo cuando llega el sábado y con él las cervecitas y lo que acompaña a estas que creo recordar se llaman pinchitos o tapas, nombre muy adecuado pues no hay nadie que consiga tapar la boca para que no entren, …las tapas.

A continuación entré en el baño turco que es otro sitio parecido al infierno donde hay unas planchas Moulinex sacando vapor a destajo como doscientos Bob Marley´s fumándose el Jardín Botánico y en vez de madera tiene como bancos uno podios con azulejos en los que no te quemas pero que si después de tumbado quieres incorporarte suenan unos ruidos fácilmente identificables y corres el riesgo que te hagan ir de nuevo al Jacuzzi para que contribuyas con las burbujas, tan necesarias en este aparato del Dios del viento atronador e inoportuno.

A continuación descubrí una montañita de hielo picado e intenté averiguar donde darían el limón por que con tanta” suadera” me venia muy bien, pero no, descubro delante de mí a un tipo que en un alarde de temeridad coge el hielo y se lo pone en la nuca y se restriega el hielo por todo el cuerpo serrano y me mira inquisitorialmente como diciéndome que a que espero para darme “refregones” con el granizado de limón pero sin limón y yo en un ataque de expresividad manifiesto mis dudas sobre la conveniencia de hacer semejante barbaridad y en un susurro, apenas perceptible digo. ¡Yo paso!.

La siguiente estación de este trayecto son las duchas, hay duchas muy finas, gordas, calientes, frías, esto empieza a parecerse a una página de contactos…, en fin continua el sufrimiento, después de este martirio incomprensible, llegamos a una sala con unas tumbonas de azulejos que tienen un calorcito extremo y desde donde ves un firmamento lleno no de estrellas sino de pilotitos led que con su luz refulgente te llevan no al más allá, pero casi. . ., casi te duermes.

Conclusión, prefiero esta actividad al gimnasio, “ande”, va a parar esto tiene no sé si efectos mas inmediatos en el perímetro abdominal, pero desde luego salgo mas suave que un guante, siempre y cuando el guante sea suave.

2 comentarios:

  1. Perolo, siento desvelar tu secreto mejor guardado de aquel día que a sugerencia mía, decidiste acompañarme a aquel paraíso de la felicidad.
    Perdona que lo haga pero esto tienen que conocerlo los amigos, porque claro, tú has contao lo que te interesaba y lo demás te lo guardas pa tí solo. ¡De eso nada monada! ¡Aquí todos moros o todos cristianos!

    Por ejemplo: (Jo, cada vez que me acuerdo me trocho de risa), ¿Te acuerdas cuando te topaste con aquel cachas de piel morena? Sí sí, el del hielo dilatador. Saliste de allí a toda velocidad intentando salvar tu retaguardia y en aquella carrera a la desesperada, fuiste a dar de narices en un canal flanqueado por dos colinas, arrancándole de cuajo la fina y suave capa de hierba que las cubría. Dejémoslo en capa solo o digamos para ser más exactos “toalla”
    ¿Lo recuerdas? Sí sí, un manto de aterciopelada hierba que a consecuencia de la colisión, cayó al suelo dejando desnudas las susodichas colinas y algo más al sur, un valle de frondosa vegetación, bien es cierto que con la hierba quemada producto sin duda por un calentamiento excesivo de la zona, ya que en el conjunto del paisaje se intuía, que aquel valle era muy dado a las altas temperaturas

    Luego, por el propio impacto, colinas, valle frondoso y otros aditamentos del propio paisaje, pegados a ti, o lo que es lo mismo, tú pegados a ellos, y a “ellas” o para ser más exactos, pegado a toda ella, fuistéis a dar con vuestros huesos, (más bien era carne) al yacusi que mencionas, y hete aquí, que aquellas burbujas que nos dices no saber para que servían, la verdad es que cumplieron su cometido y su cosacado.
    En realidad lo que haces es ocultar que a ti y la "partenaire", o quizá debiera decir a quien "con sus partes al aire", o mejor dicho, al agua, te zambulló bajo el líquido yacusinero y te robó tu inocencia con la complicidad de aquellas burbujas que impedían ver tan bello acto carnal. Lo de carnal lo digo porque la "ladrona", o la cordera, según se mire, tenía chuletas para un festín cada día y no te las acababas en toa tu vía.

    Dinos ya de una vez que tus famosas chuletas son aquellas y que de ahí no las quieras compartir con nadie. Al final aquí nos vamos a enterar de to.
    ¡Tunante! que eres un tunante y por eso te gusta tanto aquel paraíso.

    En cambio a mí sí que me alcanzó el moreno y ahora no vayas tú a vengarte y digas a to el mundo lo que pasó y el porqué no vuelvo más a los baños turcos, ni que me dejaras a tu "Chuletona", más que nada por si acaso me pilla él, antes que ella, que otra vez no lo resistiría. Claro tú como estás entrenao y corres como una gacela..., pero yo con esta barriga mía, secuelas de mis tiempos del "Sumo" no tengo escapatoria.

    ¡Ala! estaba eseandico cascarlo!

    Buenas noches rey de reyes, eres el más grande.

    Firma un anónimo llamado Pedro

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  2. Vente pa Sesimbra Tio....que aquí entre masajes d....brasileras....a base de pescao....nada d...cordero...te vas con...10...años y kg menos...en fin...HECHO UN CHAVAL

    Agustín

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