lunes, 7 de julio de 2008

NEGROS NUBARRONES

Los negros nubarrones, pasan veloces, no siento el agua que me rodea, ramas me golpean y no las noto, el agua baja veloz por el rio y yo me deslizo lento, muy lento…
Apenas a unos metros, mi yegua flota en las aguas de este rio escondido, mi fiel Campana, tiene los ojos abiertos, desmesuradamente abiertos, reflejo del miedo que debió pasar antes de comprender que eran sus últimos momentos, mi bonita yegua, incansable, rauda cumplidora de mis deseos ahora viaja conmigo en este viaje que hemos comenzado, mi virgen Guadalupe, nos llama, y puesto que ese es su deseo, allá vamos, no tengo miedo, virgen morena, tú me guiaste en los más duros momentos, no albergo rencor por perder lo más valioso de mi y de mi vida, tú me llamas y allá voy, decidí hace ya tres semanas emprender este viaje para conocerte y venerarte, para poner mi alma en tus manos, para poner la vida de la mujer a la que amo, a tu resguardo y abrigo, mi amada al igual que tú, madre y protectora de todos, corre peligro por las fiebres que hacen que pierda la razón, no conoce a nadie y mi temor se acrecienta por perderla a ella y al fruto de nuestro amor, que alberga en su vientre, mi amada Guadalupe, puesto que a la hora de su nacimiento velaste por ella y en honor a ello lleva tu nombre, decidí emprender este camino, arrostrando todo tipo de dificultades, para hacerte ofrenda de mi hacienda y ahora en tu sabiduría infinita me llamas ante ti y siento una paz inmensa, pues sé que decidiste acabar con mi zozobra y mi angustia, sé que me llamas ante ti para servirte y que a cambio protegerás a mi amada Guadalupe y al hijo que lleva dentro, por eso no siento desapego, pues nunca me defraudaste, y ahora me guiarás para que pueda llegar ante ti.
Emprendí el camino, desde lejanas tierras, por ver si tu amparo, hacia cesar la pena y angustia que la enfermedad traía a mi vida y a la de mi familia, crucé por acantilados, dehesas y prados, conocí a gentes de estas tierras que me brindaron su ayuda en mi peregrinación a tu santuario y a cada paso que daba, mas resuelta se volvía mi decisión de llegar a ti y encomendarte mi vida, cruce aguas bravas y tu protección hizo que saliera con bien de todo lo que emprendí, mi bonita yegua me guio por precipicios y riscos sin titubear sabiendo cual era mi deseo y me llevo ante ti para que te hiciera participe de mis miedos, para que te pidiera para los míos tu amparo y protección.
Llegué a este rio, Rio Alcollarin es su nombre, a este pueblo del que coge su nombre, hace ahora tres días, sus aguas anormalmente elevadas me impidieron el paso, pues los consejos de los paisanos de este lugar me decidieron por esperar a que sus aguas remitieran en fuerza y bravura, pero mi impaciencia y el destino que me reserva la Virgen Guadalupe hicieron que confiara en mi yegua y en lo acertado de mi decisión y pese a que el buen muchacho que pastorea duramente con sus ovejas por estas tierras y el Ventero que se prestó a traerme por el paso más fácil, hicieron todo lo que estuvo en su mano para disuadirme de la locura que representaba cruzar el rio con el nivel que llevaba, pero mi decisión después de compartir con ellos pan y veneración por la Virgen Guadalupe, fue firme y decidida y si el deseo de mi virgen Guadalupe era llamarme a su lado, que se cumpliera su deseo, pues mi alma estaba limpia y mi anhelo cumplido, Pasé dos días en el Santuario, admirando de la Grandeza de la veneración de las gentes de otros tiempos a tu santidad, en tu nombre elevaron en estas sierras formidable construcción para que gentes de otros tiempos contemplen la bendita obra que por glorificarte realizaron fieles y devotos de tu fe. Pasé dos días rezando, dedicando mi penitencia para recabar tu atención, tu ayuda y amparo, tú que todo lo puedes has de poder con esto que aflige y marchita mi alma, no te pido por mí, pido para mi amada Guadalupe y por Rodrigo que ha de ser el nombre que tenga el varón que sin duda lleva en su seno.
Volvía después de hacer mi ofrenda y las insistentes lluvias no impidieron que albergara el deseo de reunirme con mi amada Guadalupe, tú en tu magnificencia sabrías hacerme llegar tu bendición y con ella la cura para mi amada, recalé en estas tierras y conté a las gentes bravas y humildes de estos contornos el motivo que me movía a volver en el tiempo más breve al lado de mi amada, ellos me aconsejaron e impidieron que no cruzara el rio, más mi insistencia hizo que me ayudaran y con ello tu deseo de reunirme contigo, oh Virgen Guadalupe, este rio, apenas arroyo en verano, fuente de vida y motivo de sacrificio para las gentes que habitan sus tierras, es hoy unión entre mi alma y tu deseo, este cielo que en verano no hay quien mire de día, pero que de noche hace que no se pueda apartar los ojos de él, plagado de estrellas, recóndito albergue de deseos y anhelos de gente trabajadora, este cielo es el ultimo que veo y pese a tener una onda pena, también, es grande mi alegría pues me llamaste para servirte y si ese es tu deseo allá voy, líbrame de todo pesar y deja que contemple por última vez estas tierras y estas aguas que se convierten en mi rio escondido, ya tuve uno, mi amada Guadalupe y ahora en el postrer momento de mi muerte encuentro este, otro rio escondido, Rio Alcollarin.

1 comentario:

  1. Señor devoto de la virgen de Guadalupe, no sabría decirle quien era más intrépido, si la cabalgadura o el jinete. Perolo que más me sorprende es su poder de sacrificio hacia la dama que le había conquistado. Bueno, quizá no tanto, pues por la mujer amada y el fruto de ambos, se da la vida si es preciso.

    Esa villa históricamente maltratada por le emigración hasta límites inimaginables, ese río de caudal sereno y a la vez bravo y crecido que cual Jordán bíblico la bautiza con su mismo nombre, no podía ser paso hacia otra virgen que no fuera la Santa y milagrosa Virgen de Guadalupe.

    Alcollarín, que hasta su nombre es bonito, merecía ese capítulo referencial en la peregrinación hasta la titulada Reina de las Españas, patrona de una de las tierras más hermosas de nuestra piel de toro: Extremadura, un paraíso de nuestra geografía dejado de la mano de los políticos, pero una comunidad hermosa donde las haya y con el orgullo de tener como patrona a la hermana de nuestra “Moreneta” de Montserrat, o ésta, hermana de aquella, que tanto monta….

    Bueno amigo, ¿quién sabe?. Quizá de ahora en adelante empiece a creer en la reencarnación porque…..:
    ¿Sabes por casualidad el apellido del campesino que encontró esta talla?
    Jejeje, ¡Curioso!

    Un abrazo asín de grande….

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