martes, 6 de mayo de 2008

DIECISIETE AÑOS

Contemplo este árbol, uno más de la amplia avenida, en su forma natural no se diferencia nada del resto de árboles, solo un detalle hacen que este árbol sea diferente, está rodeado de precinto amarillento y seco por la acción del sol y el viento, en su base hay fotos, perdido su color devuelven la imagen de un muchacho, diecisiete años, los ojos se ríen, su boca no, el semblante serio, preocupado quizás por las ultimas notas, seguramente porque sus ansias de vivir y sentir no serán correspondidas.
Este árbol ha seguido creciendo, el chico de diecisiete años no. Tus compañeros siguen creciendo, el chico de diecisiete años no. Te quedaste atrás, no corras, no los alcanzaras, no corras, demasiado tarde, tú siempre llegaste pronto, ¿para qué?.
Resto de velas, plásticos rojos, flores marchitas que manos femeninas dejaron en tu recuerdo, apenas abiertos los ojos a la vida, cerrados de golpe, manos jóvenes, manos adultas que te vieron crecer, te peinaron, lavaron tus heridas al caer. Manos masculinas, fuertes, recias, jóvenes como las tuyas, apenas aprendido el tacto de otra piel, manos adultas, te sujetaron mientras aprendías a andar. Esas manos, todas están puestas aquí, en la base de este árbol, uno más de la amplia avenida.....
Tu mochila arrinconada en la habitación, mañana no irás al instituto, como no fuiste ayer ni hoy, todas tus cosas quietas, sin vida ni movimiento, tristes, el chico de diecisiete años no las moverá.
Como te marcaste en mi vida. Paso todos los días delante de este árbol, mecánicamente inclino la cabeza y pienso en ti, apenas unos segundos, pocos segundos, pero pienso en ti. ¿Porque?, luego envuelto en la vida cotidiana te recuerdo, condicionas mis rabias, se hacen más suaves. Mis alegrías se hacen más fuertes, has hecho que valore lo que tengo, que lo que no tengo espere con paciencia, mi ímpetu domesticado, mi fe dormida. Cumplidos hace tiempo mis diecisiete, preguntándome cada día ¿porque corrías?. Tu pelo agitado al viento, no corras, tus ojos con lagrimas, no corras, vas hacia él, más hacia el árbol, un abrazo mortal, un golpe seco, ahora estas en la base del árbol, como las flores secas, como las fotos amarillas, como las velas , diecisiete años, tan solo diecisiete años

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