martes, 6 de mayo de 2008

LA RUEDA

Hay que ver las utilidades que tiene una rueda, mucho tiempo después de que un tipo inventara la rueda, mis amigos y yo descubrimos lo bien que se podía pasar el tiempo con una rueda de furgoneta, eran tiempos en que no se hacían parques ni se pensaba en las necesidades de juego de los más pequeños, porque se tenia la mente ocupada en otras necesidades más apremiantes, comer.

Se jugaba en el campo más cercano sin cuidados de "trafico", ni de que te pillara un coche tampoco (lo pillan), confiados en la honradez y buena fe de la gente. En fin eran cuatro los elementos esenciales de la historia, más los demás "elementos" y yo, a saber: dos árboles una cuerda, y una rueda de furgoneta, es fácil ,¿eh?. Se adivina fácilmente el discurrir de una historia de altos vuelos.

Se ata un extremo de la cuerda a un árbol, el otro extremo, que es donde acaba pero por el otro sitio, al segundo árbol, habiendo metido una rueda de furgoneta entre la cuerda y los árboles y se obtiene un bonito columpio. Nada seguro, pero un columpio , de ahí a probarlo va nada un breve lapsus de tiempo, se sube uno se acomoda y los demás empujan y empujan hasta que la cara del que esta "enruedao", empieza a transformarse en un panel en el que se lee claro como la luz del día, ¡Bajarme de aquí que me estoy, poniendo malo!, ese es el mensaje que él intenta transmitir, porque lo que los demás elementos leemos en su cara es ¡Qué bien me lo estoy pasando, dadle más fuerte!.

Después de haber pasado cada uno de nosotros por esa experiencia, una voz pensante, bueno lo que se dice pensante, no era, pues a menos que hubiera pensado no habría propuesto el jueguecito, ¿Porque no subimos todos en la rueda a ver si aguanta?.

Uno a uno vamos subiendo, dos en el interior, uno a cada lado de la rueda y otro encima de ella como si estuviera montando un bonito corcel blanco, perdón negro, poco a poco nos vamos acomodando con una risita nerviosa, pensando que nos vamos a ahorrar una pasta en montar en la feria, sin darnos cuenta que lo que teníamos allí era un enorme y fantástico tirachinas, empieza el movimiento y todo el mundo contento, después de comprobar que el tirachinas aguanta, perdón columpio. Bueno aguanta, hasta que deja de aguantar, justo en el momento más alto, justo en el que llevaba más fuerza el tirachinas, perdón columpio, el extremo de una cuerda se rompe, cae la rueda por la acción de la "gravedad", haciendo presagiar consecuencias de cierta "gravedad", el que estaba a horcajadas como si fuera un corcel ahora por no se sabe que intervención divina se encuentra debajo de la rueda, habiendo recibido en las partes mas íntimamente suyas la lección de por qué aquello era una mala idea, los dos de los laterales, yacen en el suelo entre una nube de polvo y un ligero dolor de riñones, los del interior de la rueda tuvieron una suerte dispar uno de ellos compartiendo cama , polvo y dolor de riñones con los del lateral, pero el otro, partió en un viaje sin fin dando vueltas en el interior de la rueda, raudo y veloz recorriendo una de las cuestas más larga y llena de baches que pueda haber sobre la tierra.

Se nos olvidan los dolores e inmediatamente queremos ver el desenlace de aquella inesperada fuga giratoria y bajamos rápidamente la cuesta, para ver como sale de entre los matorrales nuestro amigo perdido, mareado por las vueltas que dio la vida, perdón la rueda, para oír la voz pensante, la misma voz que antes; que dice : ¡Como mola, vamos a subir la rueda y nos tiramos por la cuesta!, Si, eran otros tiempos pero los mismos idiotas.

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